En el cuento de La bella durmiente del bosque, una joven princesa duerme durante cien años escondida en un palacio esperando ser despertada con un beso. La vegetación del bosque impide que nadie se acerque. La relectura de este cuento de hadas propone un divertido juego de roles que permite profundizar en la igualdad. Todos los papeles, príncipes, princesas, hadas, brujos o brujas pueden intercambiarse, como si de un sueño se tratara.

Así, desarrolla un divertimento fresco, juvenil y apasionado donde hay tantas “Bellas durmientes” como personas. El espectador no sabe quién es la princesa y quien el príncipe. Quién duerme o quién está despierto

Coreografía: jean Philippe Dury Música: Tchaikovsky